Friday, September 6, 2013

SALUD: El Mandato individual y Puerto Rico: Un Análisis Comparativo

Tras tres años de la aprobación de la Reforma de Salud Federal, el gobierno federal ya publicó su reglamentación final para que, efectivo en enero del 2014, todos los individuos en los estados continentales adquieran un seguro de salud.  Esta provisión no aplica en Puerto Rico y tan reciente como la semana pasada el Departamento del Tesoro de Estados Unidos reiteró lo esencial de esta provisión llamada el mandato individual o individual mandate (por su nombre en inglés) para brindar las protecciones a los consumidores estipuladas en el Affordable Care Act (ACA) a un precio asequible al asegurar que las personas no esperen a estar enfermos para adquirir su seguro lo que entienden aumentaría las primas para todos.

La falta de un mandato individual para Puerto Rico abre la puerta a un potencial aumento en las primas de seguro de salud para los individuos y PYMES en la Isla.  Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, la implementación de ACA sin el mandato individual causaría un aumento de entre 15 al 20 por ciento en las primas en los Estados.  Un análisis similar no ha sido publicado para Puerto Rico, pero entendemos el resultado sería similar, lo que dicta la imperativa para acción local con el fin de prevenir un aumento en el precio de las primas locales.

La convicción de la Administración de Obama sobre la necesidad de un mandato individual se basa en la experiencia de los cuatro estados que implementaron las protecciones del ACA sin un mandato individual: Kentucky, Nueva York, Vermont y Nueva Jersey.  Todos estos experimentaron un aumento en su precio de prima, causando en varios una baja en el número de personas aseguradas creando un resultado opuesto al que busca la Reforma de Salud de Obama.  El caso más impactante es el de Nueva Jersey donde se adoptaron políticas similares a las que aplicarían en Puerto Rico con resultados nefastos.

Específicamente, Nueva Jersey desarrolló un mercado de seguro de salud para garantizarles a los ciudadanos el acceso a un plan sin importar sus condiciones de salud.  Inicialmente, este mercado logró asegurar 186,000 individuos, pero en un periodo de cinco años, esta cantidad se redujo dramáticamente por un 54% a solo 85,000 asegurados.  En el mismo periodo el precio de las primas aumentó entre un 48 a 155 porciento dependiendo del plan y se pudo probar, que estos aumentos se debieron a que las personas que se aseguraban eran mayormente las que estaban enfermas probando la teoría de que ante las garantías de acceso las personas saludables esperarían a estar enfermas para inscribirse en un plan.  Diez años después, solo 49,000 personas permanecen en este mercado y el Estado de Nueva Jersey se vio en la necesidad de permitir el desarrollo de planes con cubiertas esqueléticas, que no cubren ni el cuidado prenatal, para poder bajar el costo de las primas. 

El ACA estipula una cubierta mínima que en muchos casos es más robusta que la oferta actual de los planes en Puerto Rico, por lo tanto, si el mercado en la Isla reacciona de forma similar a los Estados que ya han establecido estas reformas sin mandato individual, tendríamos pocas alternativas para bajar los costos de los seguros de salud.  A esto se suma que ante la falta de un Intercambio de Seguro de Salud (los llamados Health Insurance Exchanges) certificado por el gobierno federal, el gobierno de Puerto Rico se vería obligado a invertir los $925 millones otorgados bajo el ACA en su programa de Medicaid que financia a MiSalud, en vez de ofrecer subsidios y/o créditos contributivos para que las personas de ingresos bajos o moderados puedan adquirir su seguro. 

Existen varios mecanismos que el gobierno local puede instituir para subsanar la situación.  Entre estos se encuentran legislar para un mandato individual “criollo” similar al seguro compulsorio para autos, periodos de inscripción definidos como los de Medicare Advantage, penalidades por inscribirse tardíamente como los de Medicare Parte B, el desarrollo de un sistema de incentivos y créditos contributivos similares a los otorgados por el ACA y otras reformas sistémicas más complejas.  Sin embargo, estas decisiones no se pueden tomar en un vacío.  Puerto Rico necesita establecer mecanismos para estudiar, modelar y analizar las consecuencias de la implementación local del ACA a la luz de las realidades del sistema local para desarrollar estrategias que maximicen el conocimiento que hemos desarrollado en las diversas reformas de salud locales y los fondos federales que abundan para reformar el sistema.  De esto depende la salud de nuestro pueblo.    

Para más información pueden ver:

No comments:

Post a Comment