La primera vez que solicite un plan médico
personal me lo denegaron. Tenía 21 años
y estaba en el mejor estado de salud que he estado en mi vida. Resulta, que en el examen de salud que le
sometí al plan salía a relucir que padezco de un “septum desviado”, en otras palabras
que tengo la nariz un poco virada, y eso fue suficiente para denegarle a una
joven saludable una cubierta.
Estas situaciones son exactamente las que
busca eliminar la Reforma de Salud de Obama cuya intención es garantizar a
todos los residentes de los Estados Unidos la oportunidad de adquirir un plan
médico accesible sin importar su estado de salud. Sin embargo, la legislación aprobada por el
Congreso de los Estados Unidos no trata a Puerto Rico igual que a los Estados,
lo que puede tener unas consecuencias perjudiciales para la salud de nuestro
pueblo.
Puerto Rico fue excluido de un sinnúmero de
clausulas de la ley que habilita el Obamacare, la más importante de estas
siendo el “mandato individual” que impone a las personas que no tienen un
seguro de salud una penalidad contributiva.
Los expertos en el análisis sobre temas de salud coinciden en que
garantizar la oportunidad de adquirir un seguro médico sin imponer la
responsabilidad a todos los que tienen el poder adquisitivo de adquirir un plan incrementaría
significativamente el costo de los seguros.
Como ejemplo, en el estado de Nueva Jersey se implementó antes de
Obamacare el mismo esquema que aplicaría en Puerto Rico resultando en un
aumento de 155 porciento en sus primas en el mercado individual y causando una
reducción en membresía del 41 porciento dejando a muchos sin seguro. El resultado fue el opuesto a lo deseado.
Para hacer cumplir su cometido de garantizar
el acceso a seguros de salud, el Congreso de Estados Unidos estableció una red
compleja de provisiones enfocadas en mejorar la salud de la población, mejorar
los servicios de salud y reducir el aumento en gastos de salud. Sin embargo, la situación sui generis en al que el Congreso ha
dejado a Puerto Rico no son conducentes a garantizar el mismo acceso a salud que
se promulga para los Estados. Mi mayor
preocupación es la falta de análisis y entendimiento del marco completo sobre
lo que esta situación significa para la salud de nuestra gente.
La única
alternativa que menciona la Secretaria de Salud Federal en su carta a los
Gobernadores de los Territorios para resolver el potencial de aumento en primas
es el que se legisle una imposición bajo el Departamento de Hacienda de Puerto
Rico similar al mandato individual implementado a través del IRS. Sin embargo,
la realidad es que Obamacare también nos abre la puerta a una diversidad de
oportunidades sin precedentes para innovar para mejorar la salud de nuestro
pueblo. La disponibilidad a fondos
federales competitivos para la salud es impresionante.
Puerto Rico
cuenta con un gran legado en el desarrollo de sistemas de salud pública
reconocidos a nivel internacional sobre el cual podemos construir para tomar
ventaja del Obamacare. Necesitamos en
equipo y de forma inclusiva con los sectores claves de la industria de salud trabajar
para allegar los recursos necesarios para garantizar a todos en Puerto Rico el mismo
acceso o mejor que reciben nuestros conciudadanos que residen en los Estados. De
lo contrario, la fuga masiva de talento y residentes de clase media continuaran
buscando lo que pueden encontrar fácilmente en otros Estados solamente
mudándose de ubicación geográfica con total facilidad.
La
implementación de Obamacare será difícil en todas las jurisdicciones de Estados
Unidos, pero irónicamente en Puerto Rico, donde menos recursos hay, será aún más
complejo. Está en todos los sectores:
seguros, comunidad médica, pacientes y gobierno conocer y orientar sobre el
alcance de la legislación para continuar
atrayendo los recursos económicos y fondos federales que necesitamos para construir
sobre nuestra trayectoria. Es
imperativo que trabajemos todos juntos sin importar sectores, intereses y
partidos para tomar las acciones necesarias que garantizarían el acceso y la
calidad a la salud de nuestra gente. En la medida en que nos enfoquemos en el
objetivo principal de la ley de Obamacare – garantizar acceso a servicios de
salud de calidad a todos los ciudadanos – estoy segura de que tendremos éxito y
con toda posibilidad lograremos crear soluciones innovadores que puedan ayudar
a otros Estados en sus propias implantaciones del Obamacare. Continuemos siendo
lideres – lo podemos hacer, juntos.