Todo arquitecto sabe la importancia de establecer buenos cimientos al
desarrollar una estructura. Sin buenos cimientos
las estructuras acaban inestables y con el tiempo inhabitables. Vivimos una realidad social que parece ser cada
día más precaria e inestable, pero si desarrollamos buenos cimientos en nuestra
sociedad podemos encontrar una solución.
Los cimientos del desarrollo social se establecen en nuestros primeros
años de vida--mucho antes de que comencemos la escuela. Muchas de las destrezas fundamentales que
contribuyen a una sociedad próspera y pacífica se inculcan antes de que los
niños aprendan a hablar. Las investigaciones
sobre este tema son claras: los niños que no son criados en ambientes de
cariño, estímulo y cuidado adecuado son mucho más propensos al fracaso escolar,
desempleo, delincuencia y violencia. Por
esa razón es fundamental establecer políticas y programas para cultivar los
ambientes que nuestros niños necesitan para prosperar.
En Puerto Rico llevamos décadas invirtiendo más en programas
correccionales en vez de invertir en los programas que nuestros niños necesitan. Los resultados han sido nefastos. Puerto Rico cuenta con el porciento de niños
prematuros más alto del mundo-seguido por los países de África-poniendo en
riesgo la vida y el desarrollo del 19% de los niños. Además, el 10% de niños fracasa en el primer
grado demostrando que no tienen las destrezas básicas para ser exitosos en la
escuela. Para ser una sociedad estable y
próspera necesitamos asegurarles a nuestros niños las destrezas básicas como el
auto control y desarrollo de vocabulario que se inculcan desde los primero
meses de vida.
Recientemente la Administración de Obama lanzó
la competencia Race to the Top Early
Learning en la que invertirá $500 millones en las jurisdicciones más comprometidas
a mejorar la calidad de los servicios para nuestros niños y sus familias. Existen 69 programas federales adicionales
que también financian programas para nuestros pequeños. El dinero no debe ser un obstáculo en la
creación de proyectos que favorezcan el desarrollo óptimo de la niñez en Puerto
Rico. Lo que necesitamos es voluntad,
conocimiento, creatividad y dedicación.